Mekate Públiko

Estudio de creación publicitaria, mercadotecnia y producción audio visual.

viernes, 4 de abril de 2008

Por Oscar Aquino




Puro rock, puro ska, pura gozadera. La Maldita Vecindad en Tuxtla
La Maldita: crónica
El Chivo
NOTICIAS

Es la primera vez que el tráfico me ayuda en Tuxtla. Pensé que llegaría tarde al concierto de la Maldita Vecindad porque dos o tres impertinentes con licencia de manejo se atravesaron en el camino, pero sucede también que la camioneta donde venían los del grupo se atrasó.
Así que llegué pasado de las 20:30, entré, los de seguridad antes de pegarme una manoseada indeseable, me dieron el acceso con un gesto de amabilidad, en el mismo momento en que la expectación de la banda cambiaba de color.
La Maldita no estaba, pero llegó enseguida, se metieron al camerino, se tomaron algo y después a rockear. Solim nos dijo buenas noches, yo me quedé al margen de la bandota que brincaba frente al escenario, mientras Rocco empezaba a cantar.
“Jamás pudo encontrar trabajo más formal: machetero y vendedor de amor, pero la justicia le cayó”. En una nota, el cantante abrió su boca de tal manera que la noche completa cupo en ella, era como ver bailar a 4 mil camaradas en la boca de la Maldita.
Me encontré a uno de esos entrañables amigos que siempre van a los toquines; acabó la primera rola y fue el momento de ir por una chela. El puesto de venta estaba rotundo y casi inaccesible, pero armamos una Sol, de las que no me gustan.
Para entonces la cosa ya empezaba a cambiar de intensidad, tan larga la noche y tan corto el espacio para contarla. De pronto, ya en la prendidez, apareció el primer desconectado, un tipo sin playera, con un pantalón como los que usan los skaters, irrumpió el baile y se fue a una cisterna a vomitar.
La Sol se acabó, así que fuimos por recarga, ahí, como si fuera una manga de la noche, apareció el querido Felipe Pinto, hizo una broma, a un costado mío, antes de que lo viera; cuando volteé era mi amigo, un abrazo, un par de comentarios acerca de nuestros hijos y a seguir.
Para entonces Rocco ya tenía en la mano a toda la banda, prende el chavo. Vi, a lo lejos, a mi cuñado, el que organizó todo, estaba trompudo, válgase la redundancia, los nervios hicieron presa de él, aunque ya ha traído eventos chidos, como el tributo a Pink Floyd en el 2005.
Me acuerdo que hace años Paco comenzó con su proyecto del Mekate Público y gracias a eso he tenido la fortuna de entrevistar a figuras como Carlos Monsiváis. Pero este fue el momento cúspide en esa carrera que corre el paquito. Se cagaba el negro.
El concierto siguió, el olor a mota se hacía presente por momentos, los de la Cruz Roja escudriñaban a la masa, mientras todo transcurría en calma. Se atravesaron cuates de la primaria y amigos de toda la vida, todos gozando, con Moy, Paco y los Wiquicawas tocamos “Ya lo pasado, pasado” y yo disque cantaba. Gratos recuerdos.
Al regresar de mis memorias, el concierto estaba en tiempo y forma, siguió el rock hasta que cantaron kumbala, con eso nos dijeron adiós, para nosotros entre comillas, porque después nos fuimos al after. Vaya after.
Tratamos de apoyar al paquito en lo que se pudiera, hasta que solito se despachó, me dejó en la casa, para que empezara a contar todo esto, pero yo me fui a otro lado, a buscar a alguien, a quien encontré por casualidad. Esa noche se volvió día, con el ser desquebrajado me puse a contar esta historia real.

Estuvo bueno el toquín, lástima de los chamaquitos de Alebrije que se sienten más estrellas que la propia Maldita; hicieron su desmadre, arrojaron botellas y todavía se pusieron románticos los imbéciles.
Espero que para cuando Paco lea esto ya esté más tranquilo y que las cosas hayan salido bien, en mi juicio, si tuviera que poner una calificación sería un nueve, porque el 10 es incierto y el ocho sería cruel.
Espero también que no pase tanto tiempo para que mi ñix se traiga otro concierto de esta categoría. Felicidades.

2 comentarios:

Luis dijo...

Hola. ¿que pasò en el after? Saludos.

Mekate Públiko dijo...

jejeje el after de poca madre carnalito, hace ya casi dos años de esa experiencia. saludos